París – Roma, mayo de 2006
DIÁLOGOS DE PIEDRA
Cuando era niño me gustaba observar a los adultos y en los museos a las estatuas. Posiblemente de allí surgió la dosis de entrenamiento voyerista necesaria para encontrarnos años después con la fotografía.
Al entrar a un museo se abría ante mi un mundo de miradas, gestos, movimientos y diálogos expresados en piedra. Oscuras pasiones y luminosas proezas de marmol, en las que, independientemente de la presencia de los autores, las creaciones tomaban vida propia e interactuaban con sus congéneres, esculpiendo historias y andanzas en la imaginación.
Ya de adulto, mi reencuentro con ellas ha sido fugaz, casi accidental, en medio del corre corre de las agujas del reloj, los instantes robados para museos o concertados para la fotografía. Me gusta comprobar sin embargo que, ser testigo y compartir esos díalogos es un juego que me sigue emocionando.
Fotos: ©Ricardo Ramírez Arriola