Todos somos migrantes
No pueden cerrarnos la esperanza
El 10 de julio de 2012, el Albergue de Migrantes San Juan Diego, en Lechería, Estado de México, fue obligado a cerrar sus puertas.
“El cierre del albergue puede tener consecuencias graves para muchos migrantes en condiciones muy precarias que llegan al Estado de México en tránsito hacia el norte.»
«Las autoridades de México en varias ocasiones han reconocido la vulnerabilidad de los migrantes irregulares en transito en el pais, incluyo las palizas, secuestros, violaciones y asesinatos que muchos sufren cada año. Por lo tanto es esencial que los actores de la sociedad civil que se dedican a apoyar humanitariamente sean reconocidos y apoyados para que puedan seguir con este trabajo tan importante.”
Rupert Knox
Amnistía Internacional
«La Casa, hoy definitivamente clausurada, brindaba ayuda humanitaria a más de doscientos migrantes cada día, dando refugio y proporcionando alimentos, además de la prestación de servicios de salud, principalmente por deshidratación severa, influenza, lesiones por golpizas, heridas de bala, úlceras de estómago, fiebre, infecciones, fracturas y mutilaciones.
Durante 2011, La Casa del Migrante fue escenario de presuntos crímenes de odio en contra de personas migrantes: en agosto fue asesinado a pedradas el joven guatemalteco Julio Fernando Cardona Agustín, de 19 años, luego de ser aprehendido por elementos de la Policía Municipal de Tultitlán. El Congreso de Guatemala exigió el esclarecimiento del asesinato.
Otro fue el caso de María Mares Ortiz Hernández, ciudadana hondureña, quien en octubre fue encontrada sin vida, semidesnuda, en los alrededores de la misma Casa.»
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal
«Los migrantes que transitan México de forma irregular, en su mayoría de origen centroamericano, no son delincuentes sino personas quienes por falta de oportunidades laborales dignas se ven obligadas a abandonar sus países de origen. Por más que el tránsitomasivo de migrantes pudiera alterar las dinámicas de ciertas comunidades locales, debido a la falta de acción de las autoridades para atender su situación, los migrantes se merecen el respeto pleno a sus derechos humanos. Estos esfuerzos también requieren de la existencia de lugares como el albergue de Lechería donde se intenta, en condiciones nada fáciles, proporcionar a los migrantes la ayuda humanitaria que les permita seguir en su viaje. El mero cierre de casas de migrantes como la de Lechería, además de ser lamentable, no disuadirá el flujo de migrantes. Más bien, refuerza la necesidad de una política migratoria integral de México.»
Albergue del Desierto, Centro de Apoyo al Trabajador Migrante, Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Fundar Centro de Análisis e Investigación, IMUMI, Instituto para la Seguridad y la Democracia, Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, Manuel Ángel Castillo, Martha Sánchez Soler, Movimiento Migrante Mesoamericano, Redim, Sin Fronteras IAP.
«A partir del incremento de la xenofobia, la violencia, la extorsión y la complicidad de autoridades municipales, se intensificaron las solicitudes de dialogo con las autoridades civiles del municipio y del estado a fin de encontrar soluciones y reubicar la Casa San Juan Diego.
Las innumerables reuniones y solicitudes cayeron en oídos sordos.»
Movimiento Migrante Mesoamericano
«Estoy triste, porque esta es una ruptura de la sensibilidad y el humanismo. Van a provocar una dispersión de los migrantes, y eso los expone más al crimen organizado. Es un golpe muy duro ver que México sigue siendo tan salvaje y tan poco solidario con esta gente.»
Pedro Pantoja
Belén Posada del Migrante, Saltillo, Coahuila.
«El año pasado la Comisión Nacional de los derechos Humanos (CNDH) informó a Amnistía Internacional que “como producto de esta política en materia de seguridad pública, en 2010 se encontraron 8 mil 800 cadáveres en las morgues de nuestro país sin identificar”.
“No se sabe a quién pertenecen esos cuerpos, no se sabe quiénes son sus familiares, y por supuesto gran parte de ellos pueden ser migrantes, y si no hay un proceso de reconocimiento, si no somos capaces de dar ese primer paso básico, significa que hay una grave irresponsabilidad de la política de seguridad pública que ha impactado en la población migrante”.
Alberto Herrera
Amnistía Internacional
Todos somos migrantes
No pueden cerrarnos la esperanza
Albergue de Migrantes «San Juan Diego».
Lechería, Estado de México, México, julio de 2011.