Danza noctámbula entre dos en inesperado encuentro. De improvisado montaje. Coreografía instantánea, que no respeta principio y sin más preámbulo que una cómplice mirada. Un cantar desasosiego que musicaliza y guía en la penumbra. Manos temblorosas surtidoras de frenéticas caricias. Y tus rizos caen sobre tus hombros y susurro entonces lo indecible. Juveniles cuerpos que se palpan, a sabiendas que allá fuera llega la mañana. Una, dos, tres y más las citas se suceden, para entonces prolongar el adiós que nunca pude darte…quizá porque otra vez nos encontremos.
In Memoriam Manuel Stephens
Bailarín, coreógrafo y dulce recuerdo
Marco Luis Patiño, febrero de 2012
Danza noctámbula entre dos en inesperado encuentro. De improvisado montaje. Coreografía instantánea, que no respeta principio y sin más preámbulo que una cómplice mirada. Un cantar desasosiego que musicaliza y guía en la penumbra. Manos temblorosas surtidoras de frenéticas caricias. Y tus rizos caen sobre tus hombros y susurro entonces lo indecible. Juveniles cuerpos que se palpan, a sabiendas que allá fuera llega la mañana. Una, dos, tres y más las citas se suceden, para entonces prolongar el adiós que nunca pude darte…quizá porque otra vez nos encontremos.
In Memoriam Manuel Stephens
Bailarín, coreógrafo y dulce recuerdo
Marco Luis Patiño, febrero de 2012