«Quizás se trataba de algo más que eso. Quizás había algo más en ese ritual de las olas. Al fin y al cabo, estos primitivos creían que el agua, madre de todas las vidas, era sagrada, pero no se arrodillaban ni se inclinaban ante su divinidad. Sobre la mar caminaban, en comunión con su energía.»
Eduardo Galeano
Los hijos de los días
Plaza de la República,
Ciudad de México, 21 de julio de 2012.