شُكراً جَزيّلاً
A los niños de la guerra, del olvido, del silencio;
a los niños refugiados, desplazados, perseguidos, confinados;
a los niños saharauis,
que van dejando de ser niños
divididos por los muros más largos e ignorados;
constructores en el desierto,
de sueños, tenacidad y esperanza.
Perdón por a indiferencia,
por las palabras cargadas de espejismos
desde nuestra comodidad.
Gracias por la generosidad
y el ejemplo,
por la terquedad entre las dunas.
Campamentos de refugiados saharauis en Argelia.
Fotos: Ricardo Ramírez Arriola / 360gradosfoto
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